El nuevo EURIBOR ya está aquí. La propuesta formulada por el European Money Market Institute (EMMI) comenzó a aplicarse durante 2019 sin hacer mucho ruido y en combinación con la vieja fórmula; y se prevé que esté plenamente operativo durante los primeros meses de 2020.
El EURIBOR está, actualmente, en mínimos históricos; por los recortes en los tipos de interés que promueve el Banco Central Europeo (BCE) y porque el nuevo método de cálculo tiene en cuenta una serie de factores y elude otros que se traducen en una ligera bajada a mayores.
El EURIBOR es el resultado de una fórmula compleja aplicada sobre los intereses que se cobran entre sí una muestra de 18 entidades de crédito por prestarse dinero a diferentes plazos. Estos 18 bancos forman el Panel del EMMI y entre ellos están Santander, BBVA, CaixaBank y CECABank.
En 2013 el BCE castigó con saña a las entidades de crédito que, entonces, formaban el panel (40 bancos de toda Europa frente a los 18 actuales) por manipular el índice a su favor. La manipulación se produjo entre 2005 y 2008, meses antes de la caída de Lehman Brothers, y las entidades sancionadas fueron Deutsche Bank, Société Générale, Royal Bank of Scotland, JPMorgan y Citigroup. Otras como Barclays y UBS obtuvieron la clemencia de las autoridades por presentar la denuncia; y otras, como Credit Agricole y HSBC fueron sancionadas posteriormente.
Ante la magnitud del escándalo, la Unión Europea (UE) aprobó un nuevo reglamento que urgía a cambiar la metodología del índice.
El problema radicaba en que los datos que se manejaban anteriormente se basaban en un modelo de encuestas que se podían adulterar con facilidad; bien dando datos falsos o bien porque, ante el colapso total del mercado de créditos interbancarios, no existían operaciones “reales” en las que basarse o eran tan pocas que los datos obtenidos estaban sujetos a un grado de incertidumbre tal que imposibilitaban su utilización.
Tras las pruebas realizadas en 2016 y 2017, el EMMI concluyó que el cálculo no podía ser obtenido sobre operaciones reales. Los bancos no se prestan dinero entre sí y mucho menos a un plazo tan largo como 12 meses que es el período que exige el cálculo del EURIBOR a 1 año; el índice más común para el cálculo de hipotecas toda vez que el resto de índices empleados han ido cayendo en desgracia.
¿Cuáles han sido los cambios?
Principalmente dos. Por un lado, se tienen en cuenta operaciones financieras de entidades de crédito que no son bancos: fondos y seguros. Por otro lado, una nueva metodología para las operaciones interbancarias.
En el primer caso, los bancos pueden quedarse con su dinero y pagar al BCE un 0,4% por el depósito. La alternativa sería tener el dinero guardado en el algún sitio (en billetes o convertido en oro) y costear su custodia; opción que sale bastante más onerosa. El resto de entidades financieras no tienen esa opción; así que tienen que reinvertir su liquidez en lo que sea. Por ejemplo, las Letras del Tesoro alemanas están cobrando un 0,8% por el depósito; lo cual es el doble de lo que pagan los bancos.
El segundo caso resulta de una operativa de información en 3 niveles distintos. En el primer nivel, los bancos informan de las operaciones llevadas a cabo en el día. En un segundo nivel, las ponen en relación con las operaciones llevadas a cabo en los días previos. De esta manera se puede establecer una criba de operaciones a muy corto plazo o con garantías que no deberían ser tenidas en cuenta en un mercado competitivo. Las operaciones que no se ajusten a los patrones normales no se tienen en cuenta.
El tercer nivel es el que presenta un mayor grado de incertidumbre porque cada banco lo aplica a su manera. Eso sí, esa metodología propia debe ser explicada al EMMI y este lo tiene que aprobar.
Según datos recientes (Diciembre de 2019) el índice se calculó con datos correspondientes en un 73% al tercer nivel y en sólo un 7% al primero; pero eso no implica que no sea bastante más fiables que la metodología anterior: la metodología está basada en operaciones reales; aunque a ese tercer nivel se llegue después de trabajar, y mucho, los datos.
¿De qué volumen estamos hablando?
Según datos del EMMI, el EURIBOR sirve como referencia para 180 billones (con B) de euros en préstamos y contratos; de los que 400 mil millones corresponderían a contratos hipotecarios sólo en España.
Desde la época que se investigó la trama del EURIBOR hasta la actualidad, el índice escaló desde un nivel de entre el 2 y el 2,5% en 2005 hasta casi el 5,5% en 2008; para después precipitarse en caída libre, salvo un pequeño repunte en torno al 2% en 2012, hasta los tipos negativos actuales que aparecen, por primera vez, en 2016.
Las cláusulas suelo en torno al 3% se habría activado en las actualizaciones de los intereses de los primeros meses de 2009.
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